El MATRIMONIO, la unión bendecida por Dios entre un hombre y mujer es, sin duda,  la institución fundamental de la propia existencia humana, y la única autorizada para ello por el Señor en su Palabra (Génesis 2:18-25)
De tal grado en importancia y trascendencia es el matrimonio que, en Efesios 5:21-33, se encuentra establecido, como un deseo de Dios, que la relación entre el Señor Jesús y su iglesia, se materialice a manera de símil y representación en la figura misma del matrimonio, en donde el esposo representaría la figura de Jesús y, la esposa, la de la iglesia por la cual él murió.
Por eso, sin duda, el matrimonio se constituye como una “pequeñita iglesia”, formada por dos personas, un hombre y una mujer unidos por Dios, destinada bíblicamente a darle gloria y honra.
Institución que, lamentablemente, en el mundo y la modernidad actual ha sido atacada y despreciada, al grado de que aun iglesias que se dicen “cristianas” casan hombres con hombres y mujeres con mujeres, y ya no se diga de divorcios, que están a la orden del día aun entre el pueblo cristiano, así como lo es la fornicación y el adulterio, los pleitos y las disensiones, y el pecado en general.
Por ello, misión es del Ministerio de Matrimonios, enseñar, dar a conocer, instruir, aconsejar, guiar y restaurar, con la ayuda del Espíritu Santo, su misericordia y gran amor, a los matrimonios, siguiendo en todo las instrucciones y el diseño establecido para ello en las Sagradas Escrituras y, de esta manera, se cumpla su propósito santo, pues esa es la voluntad de Dios.

Nuestro deseo es que juntos podamos crecer, edificarnos y compartir nuestras experiencias como matrimonios y experimentar el efecto que tiene la palabra de Dios dentro de nuestro matrimonio.

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